Como ya había prometido ahí va el post a los maridos sufridores.
El mio no se si lo es, supongo que si, el calvario de los maridos sufridores comienza cuando nosotras decidimos que queremos convertirnos en danzarinas.
Entonces ellos empiezan a cambiar de color ,entonces nos pillan de vez en cuando haciendo pasos y secuencias furtivas, se paran detrás de nosotras con cara de, y esto?? y una sonrisa de lado , pero la sonrisa se borra cuando un día nos ven llegar con metros y metros de tela, con el pelo alborotado,los ojos sanguinolentos,la chaqueta en la mano y un aura de ansiedad, y la frase:
hoy no cuentes conmigo que tengo que coser, jajajaja.
A ellos les comienza a aflorar la marca de la bestia, la marca del sufridor colateral. Nos tienen que dar su opinión sobre si estamos haciendo la secuencia de pasos bien o mal, si la obra de arte que estamos elaborando con la aguja esta quedando bien, si conseguimos nuestra operación bikini para el gran día y algún que otro ensayo con nuestras colegas.
Y se acerca el día esperado y alucinan con nuestros cambios de humor, hormonas que suben y bajan a cada minuto más cerca del estreno,a ellos les salen ojeras y nos dan muchas veces la razón.
Les entra el síndrome del abandono antes ensayos que perduran hasta altas horas de la noche, fines de semana y fiestas de guardar,visitas a todo a cien y músicas repetidas una y otra vez.
Y llega el día, es noche no dormimos ni nosotras ni ellos jajajja, ya saben que al día siguiente tendrán que cargar con algún que otro bartulillo, nervio y un espectáculo el que esperan que tenga una silla cómoda y ahí están no perdiendo detalle, xq luego nos tienen que dar la opinión cual críticos de la vanguardia;
que difícil es ser marido de....
Así que felicidades y gracias a esos maridos sufridores por aguantar a sus bailarinas y a las compañeras también, es una dura labor la de ellos.
Los artistas en silencia, la mano que borda por debajo, os merecéis un premio.